Por Darth Mortus

Como ya lo hemos mencionado en otras ocasiones, el catolicismo ha tomado las celebraciones de otras culturas ya establecidas o incluso de otras religiones y las ha adoptado con la finalidad de que la conversión de credo sea más sencilla y tome menos tiempo ( y si esto no funciona, la santa inquisición era siempre la respuesta), a esta práctica se le conoce como sincretismo, y la navidad no es una celebración que los católicos hayan creado, la tomaron de varias culturas y la convirtieron en la fiesta que conocemos ahora.

En esta ocasión veremos de qué otras culturas tomaron prestadas las festividades y los símbolos que hoy en día abundan en las épocas decembrinas, desde la fecha del nacimiento de Jesús, hasta el origen del árbol de navidad.

En diversas culturas existe la figura de un mesías que nace de una virgen, incluso los tenochcas tenían la creencia de que su dios principal, Huitzilopochtli, fue concebido por una mujer pura, y esta historia no fue diferente para la concepción de Jesús, nacido de una virgen el 25 de diciembre. La fecha es muy importante, ya que muchas culturas celebraban diferentes ritos o ceremonias consagradas al sol, ya que era precisamente en los últimos días del mes de diciembre en donde los días se hacen más cortos y tenían la creencia de que a través de ciertas acciones podían cambiar esto, es decir, hacían que el sol saliera invencible y conquistara cualesquiera que fueran sus enemigos para salir avante y poder iluminar con su luz. Es común que durante las festividades navideñas a través de las redes sociales se propague una imagen en la cual se muestra que muchos de los mesías de diferentes religiones comparten muchas similitudes, entre ellas, la fecha de nacimiento, y aunque tiene algo de cierto, también es errónea.

Verán, esta imagen propaga una idea falsa de que deidades como Jesús, Buda, Horus, Krishna, Hermes, entre otros, nacieron el 25 de diciembre, lo cual es erróneo, ya que hay que tener en cuenta que a lo largo de la historia muchas culturas llevan el conteo de sus días de diferentes formas, como calendarios basados en los movimientos lunares o solares (que dicho sea de paso, son más exactos que el calendario gregoriano, el que usamos actualmente) y las fechas de nacimiento de los mesías anteriormente mencionados pudieran o no celebrarse en el mes de diciembre, lo que sí compartían estas deidades con Jesús, entre otras muchísimas cosas, era la historia de vida que tuvieron: nacido de una virgen, anunciado por una estrella, ser un semidios, caminar por las aguas, sanar a los enfermos, y la más importante, muerto y resucitado al tercer día, pero ese es tema para otra ocasión.

El árbol de navidad, símbolo universal de la fiestas decembrinas, tiene origen en la cultura nórdica, más exactamente en lo que actualmente es ahora conocido como Alemania, y es en estos lugares que a finales de año, se adornaba un árbol que representaba al Yggdrasil, el árbol del mundo, y se festejaba  a Frey, dios del sol y la fertilidad, pero un evangelizador de nombre Bonifacio, cortó este árbol hereje y en su lugar plantó un pino, leyó un pasaje de la biblia y lo adornó con velas y manzanas, y eventualmente el árbol terminó siendo adornado con esferas y con luces de colores, dándole un símbolo de unión y fraternidad en épocas decembrinas, destruyendo una tradición ya existente por el hecho de ser pagana.

En diversas culturas también se celebraban banquetes en los días más fríos del invierno, que coinciden con los últimos días de diciembre, y esto tenía un carácter simbólico, ya que celebraban festines para recibir la primavera, con la esperanza de que las próximas cosechas fueran abundantes y pudieran celebrar nuevamente un banquete como cada año lo hacían.

En la antigua Roma celebraban Saturnalia, que era prácticamente la navidad en la antigüedad, una festividad consagrada al Sol, entre el 7 y 23 de diciembre,  precisamente cuando las noches más oscuras pasaron, dur y el sol se levanta invencible y  para conquistar, las diferencias entre la celebración actual y la antigua era que los romanos tenían celebraciones para todas las personas, incluidos los esclavos y tenían orgías, y como el nombre lo indica, eran para Saturno, dios de la agricultura, una similitud importante era el intercambio de regalo entre asistentes, ya que las normas sociales se relajaban con la finalidad de festejar y convivir, sin olvidar la celebración de un dios y pedir por un mejor año para las cosechas.

Los ejemplos de fiestas en invierno abundan en todas las culturas a lo largo de la historia, y muchas de estas celebraciones tienen un eje principal, el cual es la convivencia y la fiesta, la alegría por un año que se aproxima y la esperanza de uno mejor, y es precisamente que la esperanza debe de llenarnos en estos tiempos que han probado ser una prueba muy dura para todos nosotros, y que incluso ha demostrado ser demasiado para algunos, sin embargo debemos de seguir manteniendo la esperanza de un mejor futuro para todos nosotros, las noches oscuras darán paso a días más brillantes y nos levantaremos invictos en esta lucha que aún no termina, acompañados de nuestros seres queridos podremos tener la abundancia que tanto anhelamos y vivir la primavera que tanto esperamos. 

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