Por Gandhi Vázquez

El pasado 8 de agosto, se celebró uno de los tres días del año destinados a los gatos, ya sea por diversas razones, el gato es uno de los animales más queridos en cuanto a compañeros domésticos se trata. 

El gato que conocemos tiene el nombre científico de Felis silvestris catus, domesticado a través de muchos cientos de años por el ser humano, pero que no ha dejado de ser un mamífero carnívoro de la familia de los felinos. A lo largo de sus años de domesticación que muchos atribuyen a alguna cultura de Asia o incluso africana, se ha buscado un beneficio que pudiera dar al ser humano, principalmente acabar con las plagas que en ese tiempo existían y que eran transmisoras no sólo de problemas económicos, sino médicos; en la actualidad, se utilizan más como una mascota de compañía, aunque en otros rubros y gracias a la selección artificial, se han “creado” variedades y razas muy peculiares que incluso rompen con la estética felina al existir gatos sin cola, por poner algún ejemplo.

Desde que se conocen algunos registros, no sabiendo si son los primeros, pero sí los más antiguos de convivencia con los egipcios, los gatos fueron siempre preciados por los europeos, por lo que aproximadamente en los años 3,000 a.C. algunas personas traficaban con ellos, llegando a Grecia. A pesar de existir pocos registros entre esa fecha y muchos miles de años después en los primeros 5-6 siglos d.C. comenzaron a existir diversas evidencias artísticas de personas con sus respectivos gatos como acompañantes, santas y santos, príncipes e incluso un papa gozaron de este gusto y privilegio. 

A partir de su alojamiento en el continente europeo, los gatos sufrieron odiseas a lo largo de su convivencia con la especie humana, a inicios del siglo XIII, el papa Gregorio IX dijo que los gatos eran una criatura diabólica, por lo que fueron perseguidos y casi desaparecidos, recordemos que en esa época sucedía el periodo de la edad media y lo que los altos mandos religiosos decían era indiscutible, sin embargo, un siglo después y con la llegada y desarrollo de la peste bubónica transmitido por las ratas, los gatos se volvieron aliados para poder controlar las plagas, aunque poco les duró el gusto, ya que una vez más fueron azotados por la violencia y el mandato de eliminarlos por parte de la doctrina religiosa, esta vez más fuerte, ya que no sólo fue a los inocentes gatos, sino también a las inocentes personas acusadas de brujería, herejías y hechicería. 

Conforme fue pasando el tiempo y la historia y después de diversos movimientos sociales, también el gato pudo afianzarse como compañero del humano incluidas algunas principales figuras públicas y como principal controlador de plagas, principalmente los roedores transmisores de enfermedades. Durante estos años de calma, muchos exploradores de Europa principalmente Gran Bretaña, España y Portugal comenzaron a realizar viajes de exploración al nuevo mundo y consigo llevaban a sus gatos, y, aunque existen restos de felinos pequeños que ya se encontraban en América, los análisis genéticos demuestran que el gato doméstico que conocemos en nuestro continente, ha evolucionado a partir del gato salvaje africano, por lo que sí, nuestro gato, es una especie que fue introducida. 

Sin embargo, la excelente capacidad de adaptación, sumado a su alta tasa de reproducción, a la increíble facilidad de caza y a (principalmente) un abandono por parte de nosotros como sociedad humana, ha hecho que los gatos se encuentren en el pilar de las especies que más impacto han tenido en contra de la biodiversidad, sólo por debajo del mosquito que causa miles de muertes al año por transmisión de enfermedades. Hablemos de México, un país en donde uno de cada 10 hogares mexicanos tienen un gato como mascota, y cuyas prácticas de cuidados se ven reducidas a dejar que el gato a través de su independencia consiga alimento, cuidados e incluso distracciones a costa de la fauna que existe en las distintas locaciones, además de esto, muchos de estos gatos que sí tienen un dueño, cuando se escapan producen de entre 12 a 20 gatos “callejeros” en un año, si comenzamos a realizar las operaciones, nos encontramos con cientos o miles de gatos sin dueño dispuestos a subsistir a través de sus excelentes capacidades.

En un estudio compartido en la gaceta de la UNAM en diciembre del año pasado estimaron que cerca de 67,500 gatos tienen dueño en la cuidad de Morelia, sin contar aquellos que viven en la calle, si se compara el comportamiento de caza con aquellos realizados en Estados Unidos (aquí hago un gran paréntesis, en México casi no se han realizado estudios con estos animales, por lo que no hay tanto margen comparativo), tan sólo en una ciudad de nuestro país, se estarían cazando más de dos millones de animales silvestres, es impresionante. 

Los felinos cazan todo tipo de vertebrados, muchos de los cuales tienen un gran papel en el sistema ecológico, ya sea controlando plagas, polinizando, dispersan semillas, depredadores de insectos, arácnidos, etc., incluso, se han reportado la caracterización de nuevas especies de murciélagos a partir de la “presentación de trofeo” de la caza de los gatos. En otras partes del mundo (también en México) han sido capaces de incluso extinguir especies, 30 de aves, o en Australia, por ejemplo, más de 25 especies de marsupiales. 

Escribo esto no con el afán de generar repulsión ni odio hacia un animal increíble, ni como persona ni como biólogo me permito no querer a la vida, es más para reflexionar sobre ¿qué es lo que estamos haciendo como humanidad para los gatos? Yo creo que tenemos una enorme deuda con los felinos, no los hemos atendido, cuidado y conocido como ellos se merecen, muchas veces la tenencia de una mascota implica más allá de alimentarlos, sino que debemos conocerlos, como en anteriores entregas ya he escrito, si conocemos, podemos crear estrategias de cuidado. Afortunadamente, al día de hoy existen más herramientas de comunicación con las que podemos compartir estrategias de entretenimiento, de prevención, de comprensión para saber que aunque sí, el instinto de tu gato es cazar, está mal dejar que lo haga y que podemos estimularlo dedicando tiempo y esfuerzo para que no tenga esa necesidad de salir. En este día del gato y en todos los demás días, seamos y aprendamos más sobre nuestros compañeros de vida, concienticemos sobre hasta dónde queremos llegar y llevar esta situación, y evitemos a toda costa medidas drásticas implementadas en otros tiempos y en otros países. Feliz día del gato. 

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