Por Gandhi Vázquez
Hace dos años, algunos quizá estábamos a la espera de un puente que interrumpiera nuestras actividades laborales y/o académicas para tomar un fin de semana más largo de lo habitual, sin embargo, esa espera por un día no volvió a ser el mismo. Han pasado casi dos años desde que se suspendieran por tiempo indefinido muchas actividades a nivel nacional, y es que previamente ya se habían suspendido en otros países, y que a la postre se desató en una pandemia mundial que a la fecha sigue generando muchas dudas, algunas respuestas, pero, sobre todo, muchos sentimientos que hemos experimentado a lo largo de casi 730 días.
Es cierto que cada día que pasa la ciencia avanza en el desarrollo de vacunas, los primeros vistazos a los nuevos tratamientos, el conocimiento en las aulas, en la difusión y en la divulgación también, pero de igual forma hay incertidumbre en lo que podrá venir, en ciertos cambios que la misma enfermedad del Covid pueda generar o regenerar, en los mismos avances y el poco entendimiento hacia con la población en general que tenemos, cuarta ola, mutaciones, beta, delta, ómicron, etc.
Hoy, escribiré con el fin de que algunas dudas puedan ser esclarecidas, o, de lo contrario, si se generan más dudas, que a través de los distintos medios digitales, los pueda contestar a quienes estén leyendo.
Los virus no se consideran seres vivos ya que como tal no tienen un metabolismo, no nacen, crecen, se reproducen ni mueren, más bien son partículas de muy pero muy pequeño tamaño que tienen una cápsula hecha con proteínas y que sirve para dar protección al material genético en su interior. A pesar de tener material genético, no tiene muchas de las demás funciones que conforman a una célula, por lo que tampoco los podemos agrupar ahí, ahora ya sabemos qué responder cuando nos pregunten ¿qué es un virus?
Pero entonces ¿por qué los biólogos y las ramas de la biología estudian a los virus? si no son seres vivos, ¿qué relación tienen con nosotros como especie? o de forma general, ¿con la vida? bien, es importante saber que aunque no se consideren como seres vivos, si tienen mucha relación en cuanto a la estructura y los procesos propios de un ser vivo. Comenzando por la molécula de la que se componen y la que a nosotros nos guía a través del tiempo, el material genético, los virus si bien no se reproducen de las formas celulares que conocemos, sí se replican y aumentan en múltiplos de si mismos el número de partículas existentes y finalmente y quizá algo que actualmente al leerlo o escucharlo nos causa un poco (o mucho) temor, evolucionan.
Además de estas características, los virus tienen una relación íntima con los vivos, con las células, ya que por sí solos, al no tener un metabolismo que les permita alimentarse, crecer, desechar residuos, respirar, digerir, etc., dependen de quien sí pueda realizar estos procesos. Es por ello que su estructura está diseñada para localizarse en diversos tipos de células, desde microorganismos, hasta animales y plantas. Una vez que se puedan localizar, echan mano de la maquinaria genética de las células de su hospedero para poder llevar a cabo una síntesis de muchas copias de los genes virales y de las proteínas que conforman su cápsula.
En el 2019 se desató una oleada de infecciones en China y posteriormente en todo el mundo, ¿la razón? un coronavirus, un virus que actúa de forma similar y muy general a las líneas de arriba, cuya estructura asemeja a una esfera con corona, pero lo más importante, el mecanismo con el que se replica, su genoma. Seguramente recordamos de nuestras clases de biología que existe una molécula genética llamada ADN, que es quien guarda toda nuestra información en formas sencillamente complejas y otra de la que quizá casi no se habla, pero que participa en múltiples mecanismos dentro de las células, el ARN. Mientras que el ADN tiene una doble cadena, el ARN tiene una sola (en otro apartado de la columna mensual podremos hablar de cómo funcionan con detalle).
Los virus pueden tener una de las dos, ADN o ARN inicialmente, el coronavirus tiene ARN, estos tipos de virus, tienden a tener una mayor alta taza de mutaciones y por lo tanto, evolucionan de formas más rápidas, haciendo que en muchas ocasiones, los estudios, vacunas, tratamientos no vayan tan rápido como sí lo hace el agente infeccioso, tal es el caso del VIH o el COVID (aunque estos ejemplos no son para compararlos).
Por lo anterior, es importante que redoblemos esfuerzos y precauciones en el manejo de esta pandemia, día a día pueden existir mutaciones que harán más o menos infectivo o mortal al coronavirus, para prevenir hay que conocer, y hoy más que nunca es de vital cuidado que nos informemos sobre qué es un virus, para posteriormente saber cuál es el que nos infecta, y así, entender sus procesos de infección, de cuidado, si entendemos a nuestro “enemigo” entenderemos también sus debilidades y podremos combatirlo y entre todos, será más sencillo.
Espero poder escribir más sobre el tema, ya que es demasiado amplio y con la pandemia se amplió aún más, mutaciones, variantes, vacunas, infecciones, etc., son temas que no me es posible abarcar en este día, pero que espero poder hacerlo a lo largo de esta travesía escrita.
Te invito a leerme los días 10 de cada mes. No te olvides de visitar mis redes sociales.