Entre Tlaxcala y Puebla, tras caer del tren migrante esperó varias horas a que autoridades se pusieran de acuerdo

S. Palmer

Hasta poco después de las 22:00 horas del domingo en límites entre Tlaxcala y Puebla el cadáver de un joven migrante de origen centroamericano, que después del mediodía dejó de existir por cercenamiento tras caer de la llamada “bestia”, estuvo a la espera de que las autoridades encargadas de procurar justicia (de ambas entidades) se pusieran de acuerdo y dieran cumplimiento a la diligencia ministerial de levantamiento de sus restos mortales, para someterlo al protocolo de ley y su posterior repatriación.

Y es que la víspera, aproximadamente a las 2 de la tarde un reporte ciudadano hizo de conocimiento a las autoridades que en el puente que está a la altura del kilómetro 32 de la carretera Amozoc-Perote en la colonia Resurrección de Ixtenco (Tlaxcala) colindante con Nopalucan de la Granja (Puebla); sobre la grava estaba en partes con manchas de líquido hemático y a un costado de la vía ferrea el cuerpo de un hombre joven posiblemente migrante que habría caido del tren.

Tras constituirse en el lugar, la información fue confirmada por elementos municipales y Guardia Nacional (GN), quiénes hicieron contacto con la parte superior (semidesnuda con heridas abrasivas) del cuerpo de un hombre que portaba playera gris con chamarra azul y metros adelante en las mismas condiciones la parte baja con un pantalón de mezclilla y boxer negro, descalzo y con calcetas blancas; que en vida respondía al nombre de Miguel Ángel -I- de 25 años de edad de nacionalidad hondureña.

Al tiempo, los primeros respondientes dieron parte a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla y posteriormente a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Tlaxcala, por disyuntiva en el actuar en cuánto a jurisdicción y debido a que el lamentable deceso ocurrió en la limitrofe entre las dos entidades; situación que estuvo activa varias horas y hasta que oscureció; obligando a un análisis minucioso de la ubicación georeferencial del cuerpo y finalmente resuelto por conducto de una funeraria de Rafael Lara Grajales.

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