En nuestra columna del mes pasado concluimos con la idea de que Lavey fundó la primera iglesia satánica de manera simbólica: no existe el diablo ni tampoco Dios, no hay ángeles ni demonios, y aunque no podemos asegurar que exista o no vida después de la muerte, tampoco hay infierno ni tampoco un paraíso esperándonos por nosotros.

Por otro lado, tenemos a grupos que están convencidos de que el diablo es un ente viviente (incluida la iglesia, por supuesto) y que está aquí para hacer la obra del diablo: mentir, engañar, robar y escuchar música heavy metal (espero hayan reconocido las dos referencias a la cultura popular que se encuentran en este último párrafo).

Explicaremos a grandes rasgos en qué consiste el satanismo ateo, el cual ve al diablo como una figura, una representación simbólica de resistencia, y del satanismo teísta, el cual le rinde culto a la imagen de un ser con cuernos y con patas de chivo.

El culto y adoración al demonio como entidad real posiblemente tiene la misma antigüedad que la religión misma, la cual siempre ha necesitado de un adversario para mantenerse en el negocio. Para saber cómo fue que se originó, obliga a revisar la historia del cristianismo, aunque durante la época de la inquisición rendir homenaje al demonio estaba severamente castigado, incluso con la muerte, para el cual se basaron en uno de los textos más infames que han salido de la iglesia y que paradójicamente, no está en el index librorum prohibitorum (al ser la iglesia un entidad casi omnipotente podía decidir qué textos eran prohibidos y cuáles no, esta organización era y ejercía el poder) nos referimos al Malleus Maleficarum, el martillo de las brujas, el cual fue escrito por dos monjes alemanes y publicado en 1487 que describe cómo detectar y cazar a los seguidores del diablo, dando instrucciones específicas para esto. Podemos decir que ellos mismos empezaron con el culto y adoración al demonio.

Un grupo muy importante que de acuerdo a la historia, le rindió adoración al demonio fueron los templarios, y fue que ellos tenían de figura principal a Baphomet, o eso fue lo que dijeron, ya que los testimonios que obtuvieron de parte de los miembros fueron arrancados a través de tortura, haciéndolos ver como verdaderamente los enemigos de la iglesia, pero por las razones equivocadas.

La primera religión organizada alrededor del eterno enemigo se creó, paradójicamente, de miembros disidentes de la primera iglesia satánica (ya hablaremos de esta organización) y es conocida como el Templo de Set, el cual tiene a la imagen del diablo como real, un ser que existe y al cual se le tiene que rendir culto. Fue fundada por Michael Aquino en 1975, después de considerar que Anton Lavey estaba llevando a la primera iglesia satánica a rumbos que no le convencían, además de que Satanás se le apareció para revelarle su nombre real: Set. Varios miembros de la iglesia de Lavey se unieron y juntos crearon El templo de Set, que como habíamos dicho, toman al diablo como real y lo veneran.

También existen otros grupos que le rinden adoración, pueden ser tan extremos como para realizar sacrificios y otros muy ocultos, como dictan las teorías de conspiración, miembros de la política inmersos en la adoración de Satanás, pero ahondar en esto tomaría más tiempo.

Como ya habíamos mencionado, Anton Lavey creó la primera iglesia Satánica en 1966, un hecho que perturbó a la sociedad de la época y que lo sigue haciendo hasta ahora, tienen sus propios preceptos, rituales, literatura, ideología, la cual está basada en la simple premisa de que toman al diablo como un ser metafórico, un ser inexistente, un símbolo de resistencia y rebeldía, y está plasmada de manera evidente dentro de su propia simbología.

Tomemos por ejemplo a la imagen de Baphomet, está ligado al satanismo y a lo oculto, el hecho de ver la imagen puede ser incluso un poco atemorizante, pero que representa la dualidad de la cual mencionamos un poco en la primera columna escrita. Ahí tenemos los brazos del ser, el derecho apuntando hacia arriba y el izquierdo hacia abajo, señalando que “lo que es arriba, es abajo”, las palabras “solve” y “coagula” significan disolver y coagular respectivamente, separar o unir, principios básicos de la alquimia. La antorcha que tiene sobre la cabeza es la luz del conocimiento, el caduceo que tiene sobre el pecho simboliza la unión de los opuestos, además de parecer un falo que sale de entre sus piernas, la feminidad está representada en los pechos del ser, y la masculinidad en la cabeza de chivo. Jamás se menciona o se representa nada que no exista ya en el mundo.

Por último me gustaría mencionar que la organización también cuenta con sus propios mandamientos, los cuales son nueve, once reglas satánicas y nueve pecados, y de estos pecados que tienen me gustaría resaltar uno, el principal por el cual ningún satanista debe caer, y ya puestos, nadie debe ser víctima de este: la estupidez. Es una pena que la estupidez no duela, ya que esto evitaría que se padeciera, y no confundir estupidez con ignorancia, ignorar es no saber, mientras que la estupidez es desestimar lo que ya sabes, dar por única y real una opinión o una idea sabiendo que existen otras similares o que se le anteponen, algo de lo que está plagado el internet, creer que su ideología o su credo, religión, país, posición, lugar, etc es mejor que los demás, eso es la estupidez, y la única forma de no padecerla es estudiar, leer, investigar, preguntar, tenemos una herramienta que puede considerarse omnipresente y casi omnisciente  y la usamos para pasarnos videos de gatos.

Para el conocimiento lo importante es el camino y no el destino, como por ejemplo el saber de que existen personas adoradores del diablo pero que lo hacen porque representa la mejora del ser, se entregan a aquello que nos hace humanos, que podemos vivir en sociedad, en paz, que no pide pleitesía ni adoración, solamente expandir la mente.

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