Federico Sánchez

Sabias que hoy en día existen distintas herramientas que permiten promocionar la imagen personal como plataformas digitales como Facebook y LinkedIn, sin embargo, muy pocos profesionistas invierten tiempo para hacerlo, esto no implica que cada uno de ellos invierta grandes cantidades de dinero para poder mantener una buena imagen. No es casualidad aquella frase la primera impresión es la que cuenta, cada uno de nosotros es una tarjeta de presentación, por lo cual, debemos estar preparados ante cualquier oportunidad que se pueda presentar.

Aquí surge la primera interrogante que alguna vez todo profesionista se plantea ¿Qué puedo hacer para venderme mejor? Sin duda, existen múltiples respuestas para esta pregunta, hay quienes pensarán que es necesario invertir para tener una presentación adecuada y un léxico profesional; efectivamente están en lo correcto, son complementos que permiten a toda persona tener una buena presentación, pero si somos críticos podemos percatarnos de que existen otros elementos que se pueden conjugar para crear una presentación más atractiva y que en algunos casos, los desconocemos o no los ponemos en práctica.

El primer paso es analizar nuestra personalidad y descubrir qué cualidades tenemos, es decir, uno de los principales problemas es que se desconoce con qué habilidades contamos las cuales pueden ser nuestras principales fortalezas para evidenciar que tienen un líder enfrente. Imagina que subes a un elevador y te encuentras al dueño de la empresa, quien te puede contratar o ayudar en la elaboración del proyecto que quieres emprender, ¿Qué le dirías en 30 segundos? en lo que suben del piso uno al número doce, sin duda, es una gran oportunidad y tal vez la única que se te pueda presentar, ejemplos como éste ponen a prueba nuestra capacidad en cuento a vender nuestra imagen.

Lo que se debe tener claro es la forma en que se están construyendo los mensajes, deben ser breves y efectivos. Debido al ritmo acelerado que se vive en la actualidad es indispensable aprender a estructurar nuestro lenguaje diciendo poco, pero con un impacto más grande, de esta manera, trasmitimos credibilidad y confianza a quien está frente a nosotros, porque tenemos que resaltar que contamos con otras cualidades que no se pueden encontrar en los demás.

Es común encontrarnos con personas que tienen un amplio conocimiento sobre un área, pero el problema es que no lo saben comunicar, lo cual restringe sus oportunidades al momento de querer vender su imagen. Asimismo, otra situación que impide vendernos de una forma adecuada es saber qué decir, nos sentamos frente a alguien y empezamos a hablar sin tener un objetivo, en lugar de seguir una línea recta elegimos el camino que tiene muchas curvas, entonces antes de hacerlo tenemos que tener claro cuáles son las metas y así concluir una presentación que no se centre en datos que no son relevantes.

 Es importante saber que para venderse hay que tener conocimiento de cuánto vale; existen un sinfín de métodos para hacerlo, uno de los más representativos es la fórmula utilizada por Victor Kupper  V= ( C+ H) x H que equivale a V= el valor que tú tienes, C= conocimientos, H= habilidades y A= actitud esto nos ayuda a conocer realmente como estamos posicionados, dicha estrategia nos muestra el panorama de un mundo que exige mayor preparación.

Estamos viviendo una etapa en la cual todo se pone a la venta, pero muy poco se compra es importante fomentar en las nuevas generaciones la importancia de venderse de una forma apropiada, porque permitirá hacer frente a los nuevos escenarios laborales. El vender la imagen requiere de una práctica constante, por tal motivo, se debe analizar cada uno elementos previamente mencionados para aprovechar al máximo las oportunidades.

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