Para inaugurar esta columna te recomendaré una serie y un cortometraje dirigidos por mujeres. Con estas dos producciones se reconoce fácilmente la versatilidad del género femenino para contar historias acertadas e interesantes dejando a un lado estereotipos de cómo una mujer debería ser.
Porque siempre nos quieren encasillar en lo delicado e imperfecto, iniciaré hablando de una serie con personajes femeninos reales, “GIRLS” protagonizada y escrita por Lena Dunham, nos lleva de la mano dentro del mundo caótico de estas mujeres que intentan sobrevivir a los 20’s, ellas sin intención de lucir perfectas, irremediablemente hacen sentirnos identificadas en más de una ocasión, por presentar problemas tan cotidianos que al mismo tiempo son tan complejos, como lo es encontrar y mantener un trabajo, el descubrir que lo que creías era tu pasión, que en realidad no lo es, o el enfrentarte al mundo de las adicciones no únicamente al alcohol o drogas, también al amor.


GIRLS es buenísima presentando las incómodas verdades sobre cómo es la vida a los 20 años, haciendo una representación franca de la sexualidad y las inseguridades corporales femeninas que se viven actualmente. Te recomiendo esta serie porque a lo largo de sus 6 temporadas, Dunham nunca optó por lo cómodo y siempre se mostró la evolución y crecimiento de las protagonistas, revelándolas como mujeres complejas, con bastantes éxitos así como fracasos, dejando claro que los errores no las definen pero sí son relevantes en el camino para finalmente convertirse en su más cercano YO.
Finalmente llegamos a nuestra recomendación fílmica y es un cortometraje titulado “La tiricia o cómo curar la tristeza” dirigido por la mexicana Ángeles Cruz, con el cual obtuvo un premio Ariel al Mejor Cortometraje de Ficción.
Nos retrata la historia de 3 generaciones de mujeres indígenas que han padecido abuso sexual dentro de su hogar, por el cual desarrollan esta tristeza impregnada a su alma que pareciera herencia para las siguientes mujeres que nazcan en la familia. Esta es una cruda pero triste realidad en México que fue presentada por una directora que viene y conoce bien los problemas de las comunidades indígenas que se rigen por usos y costumbres.


El cortometraje si bien nos presenta las diferentes generaciones que han callado este delito, también nos muestra a una madre que no está dispuesta a que este abuso, y por consiguiente tristeza, se perpetúe con su hija, poniendo fin de una forma tradicional a un mal que ha acechado a muchas mujeres durante largos años.
“Para curar la tiricia, para curar la pena, flores blancas”. Cruz (2012).
Te recomiendo que aparte de ver estas dos opciones, también conozcas más del trabajo de ambas directoras, el corto y la serie las puedes encontrar fácilmente online.
Se dice que el cine existirá mientras haya historias por contar, por lo tanto afortunadamente nos esperan muchos más relatos hermosos, grotescos, tristes y optimistas para poder hablar aquí cada quince días.

Por Ana Franco

El cine llegó a mí como una cura contra el tedio de lo cotidiano, se presentó como la única alternativa interesante mientras pasaba una época aburrida, el cine ha sido un gran aliado y gurú en mi vida, en diferentes ocasiones me ha dado las respuestas a los más grandes enigmas y problemas del mundo.

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